(Por Marcelo De la Cruz) .- Si el
fútbol se hizo arte, fue por personas como estos dos ídolos de siempre. Entre
los dos habrán hecho del balompié algo que traspaso la idea básica de un típico
deporte. Pelé desde Brasil le puso el dulzor de las playas a cada pase y gol
que efectuó, Di Stéfano desde la Argentina a plan de emociones y goles llenó
los ojos de Sudamérica y sobre todo de Europa. El primero es el Rey, el otro su
mas destacado príncipe.
Ellos tienen dos cosas en común,
que supieron hacerlos y taparlos también:
Una vez la “Saeta Rubia”, así lo conocían
a Di Estéfano, tuvo que ponerse los guantes y suplantar a Amadeo Carrizo en el
arco de River Plate. El hecho ocurrió el 30 de julio de 1949, el partido, ni
más ni menos un Boca Vs. River. Durante seis minutos Amadeo debió abandonar su portería
para ser atendido y Alfredo se puso la responsabilidad al hombro. Se metió en
medio de los tres palos y no dejo pasar ningún gol. Como detallaron las crónicas
de ese entonces, mantuvo “la dignidad en 0” de los millonarios. River ganaría después
el partido 1 a 0 y Di Stéfano fue gestor de aquella mítica jornada ante sus
pares xeneizes.
Pele no quedó a menos, el 19 de
enero de 1964 su querido Santos perdía 3 a 1 con el Gremio, hasta que apareció
la genialidad de O ‘Reí e hizo tres goles como por arte de magia. Como si fuera poca la hazaña, el arbitro
argentino Tenorio Nitti expulso a Gilmar arquero de Santos; el suspenso se
apodero del estadio cuando el propio Pele fue y se coloco la camiseta y los
guantes de Gilmar, atajo los últimos 15 minutos con varias tapadas que
guardaron el 4 a 4 final que fue el resultado de tan extraño partido.
Dos grandes, en dos grandes
historias con guantes de arqueros.

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